domingo, 14 de agosto de 2011

El Ayuntamiento de Astorga homenajeará a Gabriel Franco con una placa en el Salón de Plenos



Gabriel Franco López, astorgano que fuera Diputado por León de Izquierda Republicana y Ministro de Hacienda durante la II República, tendrá su placa de honor en el Salón de Plenos del Consistorio astorgano.
El próximo día 17 de agosto, a las 20.30 horas, tendrá lugar, en el propio Salón de Plenos el acto de homenaje. La iniciativa se encudra dentro del plan de las corporaciones anteriores para ir dando un lugar de honor en la sede consistorial a todos aquellos personajes históricos que llevaron el nombre de Astorga más allá de sus límites, a la vez que trabajaron por conseguir mejoras y reconocimientos para nuestra ciudad.
El acto comenzará con la presentación del personaje a cargo de Martín Martínez, cronista oficial de Astorga, seguida por la intervención de Castorina y Benito Escarpizo, responsables del diseño y la ejecución artística de la placa conmemorativa. A continuación intervendrá Juan José Alonso Perandones, ex alcalde de la ciudad y promotor en la anterior legislatura de este homenaje, para finalizar el acto con la intervención de Victorina Alonso Fernández, alcaldesa de Astorga, que concluirá la sesión con el descubrimiento de la placa que se le dedica. Desde el Ayuntamiento se invita a los astorganos a participar en el reconocimiento.
(Noticia publicada en Diario de León.)

viernes, 12 de agosto de 2011

Comunicado sobre laicismo

IZQUIERDA REPUBLICANA, como partido político republicano, federalista, laico y radical y como una de las entidades convocantes -desde hace ya varios meses- de la manifestación prevista en Madrid el día 17 del presente mes de agosto, bajo el lema "De mis impuestos, al papa cero",quiere expresar su más enérgica repulsa ante los intentos de censura hacia la misma. Acto ilícito tanto por parte de la delegación del Gobierno madrileña, dirigida por el mal llamado partido socialista, como por las autoridades municipales y autonómicas de Madrid, pertenecientes al aún
peor llamado partido popular.
Resulta vergonzoso que todos los españoles y las españolas, bien con dinero público o bien con el de nuestras empresas, debamos hacer frente -en plena recesión económica por la crisis financiera y dentro de un Estado constitucionalmente aconfesional- a unos gastos cifrados en medio centenar de millones de euros, con uso de edificios y funcionarios, a raíz de la visita del señor Ratzinger, que es papa de los cristianos católicos, y muchos de los obispos que lo eligieron, si bien ni uno ni los otros han sido elegidos por los fieles de su doctrina.
Dicho señor, a todas luces un sátrapa con inmenso patrimonio, conocido como Benedicto XVI, es ya visitante habitual de nuestro país -más que en tiempos de la dictadura militar y nacionalcatólica de Franco-, pues pocos meses han transcurrido desde sus visitas, igualmente gravosas para los ciudadanos y ciudadanas de España, a las ciudades de Santiago y Barcelona, capitales de las comunidades autónomas de Galicia y Cataluña respectivamente. Y también en esta ocasión se suman a los peregrinos gastos madrileños los de ayuntamientos como Bilbao, Valencia o Barcelona, que hacen sus propios actos y derroches complementarios a cuenta de todas y todos.
No merece la pena abundar en los detalles de esta sinrazón cuando va dirigida a una juventud -pues en su propaganda se dirigen a toda la juventud del mundo y nunca especifican que es a los jóvenes católicos- que precísamente en nuestro territorio está castigada de modo especial por el paro, con un desempleo muy superior a los países de nuestro entorno europeo, que debe contribuir con sus impuestos al pago de la visita del jefe de una de las religiones más multimillonarias en vil metal de nuestro planeta y mientras tanto África se muere de hambre en estos días.
Lo que sí queremos dejar claro es que existe una persecución y un reiterado prohibicionismo hacia las organizaciones de todo tipo -incluídos grupos cristianos- que propugnamos un Estado laico, ajeno a las respetables creencias religiosas de la ciudadanía, y que la manifestación convocada es previa a la llegada del señor Ratzinger, discurriendo así mismo por una zona y durante unas breves horas por lugares no acotados para los actos católicos, mientras que éstos cierran por su cuenta grandes calles de Madrid, caso de la Gran Vía o La Castellana, y lugares emblemáticos, como Cibeles o la Puerta de Alcalá, entre muchos otros, y durante toda una semana.
Los ciudadanos y las ciudadanas contrarios a este indebido uso abusivo de lo público (incluída la cesión de edificios, transportes y personal, además de fondos económicos), de modo totalmente gratuito, por una determinada organización religiosa privada y durante un período de tiempo insostenible, estamos atónitos y sin lugar a dudas indignados, mientras que las autoridades electas intrigan para ningunear nuestro derecho inalienable y constitucional a una protesta pacífica, que no va dirigida contra personas en particular y sí contra el uso indebido de lo que es de todas y todos.
Pensamos que tan grave es la crisis económica estructural que padecemos como la crisis política sistémica y de corrupción institucional en que habitamos y todo ello hace de nuestra democracia un proyecto, que ya ha durado tanto como el franquismo precedente tras la Guerra civil -treinta y seis años- y ni siquiera ha sido capaz de desmontar el anterior régimen, pues seguimos anclados en un sistema electoral de sufragio censitario y en un nacionalcatolicismo como seña de identidad del bipartidismo gobernante, bien simbolizados en los ridículos confesionarios católicos instalados en el parque del Retiro.
Los republicanos estaremos, con la Ejecutiva federal y el Secretario general a la cabeza, en la manifestación de la tarde del próximo miércoles 17 de agosto en la plaza de Antón Martín, digan lo que digan las fuerzas represoras, defendiendo el Estado laico y negándonos a la financiación pública de las ideas teocráticas medievales y de la visita de un personaje que se dedica a insultar nuestras libertades civiles en sus viajes a nuestro país.